¿De qué depende la confianza de la sociedad en las ONGs?
A diferencia de las empresas, las ONGs no disponen de ningún registro oficial donde se recojan sus actividades, como puede ser el Registro Mercantil en el caso empresarial. Este hecho, pese a existir un gran número de requisitos por parte de la Administración Pública a la hora de permitir la fundación de una organización, impide un seguimiento de la actuación, limitado a la obligatoriedad de “que elaboren anualmente una memoria económica en la que se especifiquen los ingresos y gastos del ejercicio, de manera que puedan identificarse por categorías y por proyectos, así como el porcentaje de participación que mantengan en entidades mercantiles”1. Es decir, sin incluir el éxito o fracaso de esos proyectos, problemas en su actividad, limitaciones por parte de agente externos, etc. Debido a esta incapacidad de encontrar información más amplia en documentos oficiales, el factor más importante es la transparencia de la propia ONG.
La transparencia es el grado de información y la actitud con la que se afronta el proceso de rendición de cuentas, proceso que se refiere a la explicación de aspectos organizativos tales como la razón de ser y los valores de la entidad, las actividades y su impacto, la financiación, el equipo, etc. Este grado está influenciado por variables como los valores organizativos, la actividad realizada, los beneficiarios de las actividades, la cultura participativa de la organización o el entorno social, entre otras.2
El creciente esfuerzo por parte de las organizaciones no gubernamentales por dar a conocer a la sociedad su actuación puede deberse a una mezcla de varias razones: por coacción (legalmente están, como he mencionado antes, obligadas a hacer pública su memoria económica), por conveniencia, en su visión instrumental y operativa (busquéda de más subvenciones, mejora de su imagen,...), y/o por convicción, entendida como elección estratégica, aquí entran los valores, la misión,... Ésta última es inherente como razón de ser de la ONG. 3
En cualquier caso, esta tendencia significa un gran avance en el futuro del sector, un motor de evolución, por cuanto la comunicación entre sociedad y organización, además de generar una mayor confianza y aceptación social, será lo que permitirá un mayor nivel de ingresos debido a la desaparición del vacío informativo, que impedía conocer de primera mano cuál era la dirección tomada por la donación de un particular. En este sentido, organizaciones como la Fundación Vicente Ferrer4 llega al extremo de invitar a todos sus socios a visitar sus proyectos en el extranjero, como por ejemplo, los llevados a cabo en la India.
Este esfuerzo, inclusive ha dado lugar a nuevas herramientas a disposición del público. A las legalmente obligatorias, como pueden ser la memoria de actividades anual o las cuentas económicas, liquidaciones periódicas, inscripción a registros, etc. se han sumado nuevos mecanismos, como las certificaciones voluntarias (algunos sistemas de calidad, los principios de la Fundación Lealtad5,...) y mecanismos de autoregulación sectorial, como por ejemplo, los códigos de conducta, surgidos a partir de la situación posterior al genocidio en la región de los Grandes Lagos para la respuesta en casos de desastre del Movimiento internacional de Cruz Roja y las ONGs,6 probablemente la primera piedra de lo que en un futuro puede constituirse como una normativa legal exigible por el poder público.
El progresivo aumento de transparencia por parte de las organizaciones no lucrativas es un proceso llamado a evitar la aparición de escándalos como los anteriormente mencionados de Intervida y Anesvad. Con la posibilidad por parte de cualquier persona de consultar información acerca de las acciones de la organización, se da la posibilidad de contraste a los investigadores en caso de sospecha, y denunciarlo si fuera el caso con una primera versión de la situación ofrecida directamente por la ONG en cuestión.
No se debe olvidar un factor muy importante, si no el que más. La participación de la sociedad, del individuo comprometido con la sociedad, interesado por la acción social de una organización concreta: el camino que ha seguido su donativo, el efecto que ha tenido cierta campaña sobre qué sectores de la sociedad,... Cualquier razón es buena para promover el uso de estas herramientas y su visión de una forma crítica hacia la ONG, planteando dudas que no hayan quedado lo suficientemente aclaradas en un primer momento e incluso proponiendo nuevas herramientas en busca de una mayor confianza individual; ya que al fin y al cabo, esa confianza individual se hará colectiva gracias a la gran cantidad de posibilidades que ofrecen los medios masivos, como internet, por ejemplo.
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1 Requisitos de las entidades sin fines lucrativos. Artículo 3 del capítulo primero del título segundo de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de incentivos fiscales al mecenazgo. (BOE, núm. 307, de 24 de diciembre de 2002).
2 El debate sobre la transparencia en el Tercer Sector. Una visión transversal a través de artículos de opinión. Nº 6 de la Colección Debates OTS. Observatorio del Tercer Sector. Septiembre de 2007. Página 6. Descárgalo aquí.
3 Laia Grabulosa, Observatorio del Tercer Sector.
4 Fundación Vicente Ferrer
5 Fundación Lealtad.
6 Las iniciativas internacionales de calidad en la acción humanitaria: posibilidades y mecanismos de institucionalización en la cooperación española. Programa de la calidad de ayuda al desarrollo. Disponible aquí.
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